El Municipio avanza en las relocalizaciones a través de un trabajo mancomunado entre las distintas Secretarías y organismos provinciales. En esa línea, el lunes se llevó a cabo la reubicación de cuatro familias al Barrio Don Pedro.
Las acciones se enmarcan dentro del Plan Urbanístico que se viene ejecutando en distintos sectores de la ciudad, cuyo objetivo es mejorar la infraestructura y de tal forma, la calidad de vida de los vecinos. Estas familias correspondían al barrio San Lucas y se encontraban sobre la calle Larrea, dicha arteria que en los próximos días contará con obras para ser liberada.
Por ello, se acordó hace seis meses con los familias sus reubicaciones a un nuevo lugar; donde recibieron un Permiso de Ocupación (documento previo al título) que les permitirá tener los servicios de manera regular y la seguridad de que una vez abonada la totalidad de la vivienda, serán dueños legítimos de sus hogares.
“Estamos dignificando la vida de estas familias, brindándoles un terreno con casa propia. Desde este momento, ellos vuelven a escribir su nueva historia. Municipio y entes provinciales, seguiremos trabajando en dar soluciones inmediatas a los vecinos”, remarcó Luciana Scromeda, Coordinadora de Tierra y Hábitat.
Unas de las beneficiarias, Mariana Toledo emocionada expresó; “Estamos muy felices y agradecidos con todos, hicieron posible este sueño de la casa propia. Hace 13 años residía en ese lugar y veía imposible salir de allí. Ahora contentos porque nos supieron ayudar, el sentimiento de que uno es dueño del lugar donde vive es inexplicable”.
“Regularizando Mi Propiedad”
Es un programa creado por la actual gestión municipal, para dar respuesta a una problemática histórica que acarrea la ciudad de Posadas: la irregularidad dominial; y de esta forma hacer concreta la reorganización e inclusión social de las familias ubicadas en terrenos fiscales, municipales y/o espacios verdes.
Mediante este programa, se llevan entregados 500 permisos de ocupación, que reconocen a los vecinos como ocupantes legítimos los lugares en donde viven y a su vez, van acompañados de numerosas obras que mejoran significativamente la calidad de vida de todos ellos. Ya sea por: apertura de calles, cordones cuneta, asfalto, acceso a servicios, etc. A la fecha, se regularizaron 20 barrios.
La encargada de llevar adelante estas acciones es la Coordinadora de Tierra y Hábitat, Luciana Scromeda quien, según cuenta, siempre tuvo como norte el resguardo y el respeto tanto de los beneficiarios, como de su equipo técnico.
“El trabajo articulado que comenzamos a realizar con las familias, lleva a explicarles que en ese lugar donde viven hace 40 o 50 años, está destinado a ser un espacio distinto al que ellos usufructúan en la actualidad”, explicó Scromeda, y a lo que agregó; «lo que en numerosas oportunidades provocó inseguridad y descreimiento, debido a que los futuros beneficiarios temían ser engañados. Pero a medida que se fue avanzando, este preconcepto fue desarraigado».
Inicio del proceso
Cada proceso de regularización dominial, se inicia con un relevamiento en los barrios con la posterior carga de datos en el sistema creado en el área dando nacimiento al REGISTRO ÚNICO DE OCUPANTES y REGISTRO ÚNICO DE ASPIRANTES. El relevamiento permite determinar que los ocupantes están habitando efectivamente de modo contínuo hace más de 8 años en promedio, teniendo asentada en los lotes su vivienda única y permanente.
Seguidamente, si es necesario desafectar, se redacta el proyecto de Ordenanza para que ese terreno de dominio público pase a privado y de esta manera se puedan elaborar y entregar los permisos de ocupación a las familias.
Luego de la desafectación se elabora un proyecto de fraccionamiento, en base al cual, basándonos en la descripción y delimitación provisoria de los lotes, se otorgan los Permisos de Ocupación, a modo de título precario, que posibilite a los ocupantes acceder a los servicios básicos, hasta en tanto se avance en el proceso de regularización definitiva.
En el caso de las relocalizaciones, las mismas se efectuaron exclusivamente cuando se verificó la ocupación de la vía pública, ante la necesidad de las aperturas de calles o avenidas. En este punto el trabajo conjunto entre el Municipio y la provincia es fundamental; ya que se procede al traslado y reubicación de las familias en un nuevo lugar de destino.
Tanto en uno como en otro caso, las familias que reciben el documento pasarán a abonar un precio por la porción de terreno en la que habitarán, lo que generará una apropiación real y legal de esa manzana en la que se encuentra su vivienda.