Jorge Almada, antropólogo y docente de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) , califica el reciente acuerdo de quitas arancelarias como «prácticamente un industricidio» y alerta que ya se han perdido seis millones de puestos de trabajo que podrían estar produciendo lo que hoy se importa.
Recientemente, la administración ejecutiva de Estados Unidos (EE. UU.) ha anunciado una serie de medidas de intercambio comercial que involucran quitas arancelarias para productos de ese país a cambio de materias primas argentinas. El antropólogo, docente de la Universidad Nacional de Misiones, y dirigente de Encuentro Patriótico Jorge Almada, explicó en Radio News que la medida plantea el ingreso de maquinaria automotriz, cierta maquinaria agrícola, y, de forma particularmente grave, el ingreso de medicamentos (farmacéutica).
Almada enfatizó que el ingreso de producción automotriz importada resultará en la eliminación de puestos de trabajo argentinos. Respecto al sector farmacéutico, la importación de medicamentos terminará «prácticamente de destruir lo que queda de farmacéutica y farmacopea de origen nacional». Esta industria era considerada una de las que todavía estaba manteniendo el segmento de la producción del mercado.
Según Almada, esta medida representa una «hipoteca del trabajo de los argentinos» y de la creación de fuentes de trabajo. El especialista comentó que, en términos generales, la apertura de importaciones ya ha significado la pérdida de seis millones de puestos de trabajo que podrían haber estado produciendo lo que actualmente ingresa como importación.
«Industricidio»: La Destrucción de la Capacidad Productiva
El dirigente Jorge Almada calificó el efecto de esta apertura como «prácticamente un industricidio». Argumentó que si una nación como Argentina tiene la capacidad de elaborar las piezas y montar un vehículo (ya sea a combustión, híbrido o eléctrico), la importación directa destruye esa potencial fuente de trabajo, ya que un vehículo «siendo montado en la Argentina, generaría fuente de trabajo».
El experto subrayó que los elementos que se están planteando importar —tales como automóviles eléctricos, producción farmacéutica o producción agropecuaria— son artículos que «fácilmente… se puede montar y se poder producir aquí en la Argentina».
Precedentes históricos y la amenaza de la precarización
Almada puso la medida en perspectiva histórica. Tras el fracaso del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) alrededor de 2005, Estados Unidos avanzó mediante Tratados de Libre Comercio (TLC) con acuerdos bilaterales país por país.
Estos acuerdos fueron implementados con naciones como Colombia, Ecuador, Perú y Panamá. Almada detalló que en «ninguno de estos casos» se benefició a la industria nacional, sino que siempre se tradujo en pérdida de fuente de trabajo y pérdida de industrialización. Señaló la diferencia con Brasil, que hasta el momento no ha instalado esta figura de acuerdo con EE. UU., lo que le ha permitido «mantener… mucho de la de la industria que todavía tiene».
Además, Almada vinculó estas políticas con el riesgo de implementar las llamadas maquiladoras o maquilas. Estos sistemas, utilizados en países como Paraguay (en la industria textil) y México (en el norte y centro del país), consisten en empresas con «trabajo súper precario».
Las maquiladoras suelen emplear mano de obra femenina que trabaja en condiciones muy precarias, sin resguardo y en jornadas extendidas. Aunque estas figuras dan la «ilusión de que hay trabajo», se trata de trabajo precarizado. Almada concluyó que este último acuerdo comercial es interpretado por críticos como «ponerle prácticamente… la tapa del cajón a la industria nacional«.
El error estratégico de quedarse fuera de los BRICS
Consultado sobre la decisión de Argentina de haberse retirado del grupo BRICS, Almada respondió afirmativamente al calificarlo como un error estratégico.
Pertenecer a los BRICS brinda posibilidades de financiamiento y permite la diversificación industrial. Esto incluye la producción de elementos elaborados en materia de energía, automóviles, comunicaciones y, fundamentalmente, elementos para la construcción. Almada destacó que los BRICS cuentan con un mecanismo específico para la industrialización de materias primas para la construcción de infraestructura, como el cemento.
Al quedarse afuera, el país pierde la posibilidad de desarrollar, innovar e investigar estos materiales. Almada señaló que países como Brasil y México, al estar posicionados en estas instancias, están logrando «mantener su industria y ampliar su aparato industrial»