El Hospital Escuela de Agudos “Dr Ramón Madariaga” tiene un equipo de médicos neurólogos en un Servicio que atiende los diferentes tipos de accidentes cerebrovasculares (ACV). Existen dos más frecuentes que son el isquémico y el hemorrágico. Hay señales de alerta que permiten detectarlo a tiempo y reconocer los síntomas puede salvar vidas.
La Fundación Parque de la Salud cada 29 de octubre que se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Accidente Cerebrovascular (ACV), se une a impulsar más acciones de una fecha destinada a generar conciencia sobre esta urgencia médica. Destaca además la importancia de promover hábitos saludables y refuerza los mensajes del reconocimiento temprano de los síntomas.
En Argentina, se estima que una persona sufre un ACV cada 15 a 20 minutos. Es la primera causa de discapacidad en adultos y la tercera causa de muerte, pero hasta el 80% de los casos podrían prevenirse con controles y hábitos saludables, y muchos pueden tratarse si se consulta a tiempo.
El Dr. Christian Bortoluzzi, del Servicio de Neurología del Madariaga explicó que el ACV o accidente cerebrovascular es una emergencia médica que se produce por la interrupción del flujo sanguíneo cerebral.
“Existen dos grandes tipos, uno es el isquémico que se produce por la oclusión de una arteria y el otro es el hemorrágico que se produce por la ruptura de una arteria.
En ambos se produce la muerte neuronal”, sostuvo el profesional.
El médico detalló que los síntomas de presentación pueden ser debilidad en alguna parte del cuerpo, ya sea la cara, el brazo o la pierna. Asimismo pérdida sensitiva del brazo, la cara o la pierna, pérdida visual, trastornos del habla, vértigo que inicia de forma abrupta o una cefalea muy intensa.
Si bien las causas son múltiples, “pero existen factores de riesgos que son modificables y los podemos tratar como son la hipertensión arterial, el colesterol elevado, diabetes, el sedentarismo, el tabaquismo, el sobrepeso o la obesidad. Controlando estos factores de riesgo podemos disminuir muchos riesgos de desarrollar tantos eventos isquémicos como hemorrágicos” agregó el Dr. Christian Bortoluzzi
Hábitos saludables y control de la presión periódica
Como consejo, los profesionales del Madariaga recomiendan adoptar el cuidado del
cuerpo en general, pero sobre todo la presión arterial. “La persona, el paciente debe
tomarse la presión arterial todos los días y llevar un control detallado, disminuye
muchísimo el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Ante alguno de los síntomas de presentación de forma súbita, que son la debilidad, la
pérdida sensitiva, la pérdida del habla o la pérdida visual, debemos asistir lo más rápido
posible a la emergencia ya sea en el Hospital Madariaga o el SAMIC de Eldorado, donde
tenemos un tratamiento que si llegamos antes las cuatro horas y media para revertir los
síntomas y las secuelas definitivas”, remarcó el Dr. Christian Bortoluzzi.
Sobre el ACV
Cuales son las 5 señales de alerta que hay que reconocer a tiempo para evitar riesgos
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en la cara, brazo o pierna, especialmente de un solo
lado del cuerpo. - Dificultad para hablar o comprender lo que otros dicen.
- Alteraciones visuales súbitas en uno o ambos ojos.
- Problemas de equilibrio o coordinación, mareos o dificultad para caminar.
- Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa aparente.
Ante cualquiera de estos signos, cada minuto cuenta. Se debe llamar de inmediato al
servicio de emergencias y acudir a Emergencias del Madariaga o a un centro
especializado en ACV.
Cada minuto cuenta ante un accidente cerebrovascular, reconocer los síntomas
puede salvar vidas, evitar secuelas y mejorar el pronóstico del paciente
La mayoría de los ACV se relacionan con factores que pueden modificarse con hábitos
saludables y controles médicos regulares:
- Hipertensión arterial
- Diabetes
- Colesterol elevado
- Tabaquismo
- Sedentarismo
- Consumo excesivo de alcohol
- Fibrilación auricular u otras enfermedades cardíacas
El Hospital Escuela recomienda adoptar un estilo de vida equilibrado, basado en
alimentación saludable, ejercicio físico, control del estrés y chequeos médicos periódicos,
puede reducir significativamente el riesgo de padecer un ACV.