Se propone aplicar un impuesto a la propiedad ociosa para combatir la «especulación» inmobiliaria ante la gran cantidad de locales comerciales y departamentos vacíos en Posadas. La medida busca un «ordenamiento real» en el sector y frena un mercado calificado de «salvaje y leonino», bajo el argumento de que, al igual que toda propiedad privada, los bienes inmuebles improductivos no deben quedar exentos de tributar. La iniciativa surge desde el sector que agrupa a los inquilinos en Misiones.
El representante de la Asociación de Inquilinos de Misiones, Adrián Torres, afirmó en Radio News https://news.appradio.ar/ la crisis económica y la caída de ventas han dejado al microcentro de Posadas con una cantidad «impresionante» de locales cerrados, mientras que muchos departamentos permanecen vacíos, a pesar de la necesidad habitacional. Ante este panorama, donde los propietarios prefieren mantener sus bienes ociosos antes que reducir precios, crece la exigencia de implementar un Impuesto a la Propiedad Ociosa como mecanismo para combatir la especulación inmobiliaria y generar un «ordenamiento real» del mercado.
Locales cerrados y la paradoja del mercado
El sector comercial en el microcentro de Posadas atraviesa un «desastre, un caos total», con una cantidad de carteles de «alquilo» que hace mucho tiempo no se veía. Los comerciantes están optando por cerrar, liquidar o trasladarse a sus domicilios para realizar ventas online y así evitar pagar un alquiler, ante los requisitos imposibles de cumplir, apunta Adrián Torres.
«La situación de los locales y viviendas vacías genera un fuerte cuestionamiento hacia los propietarios: si la inversión en construcción es tan grande, ¿por qué no pueden bajar un poco el precio o acordar con sus inquilinos algo más terrenal de acuerdo a la caída de las ventas?», cuestionó Torres. La respuesta, advierten los especialistas, es que a estos grupos no les interesa o no lo necesitan, lo que evidencia un claro caso de especulación.
La exigencia de tributar al ocio
La propuesta central para combatir esta conducta es clara: los locales comerciales y departamentos que están vacíos y resultan improductivos deberían pagar un impuesto, el denominado impuesto a la propiedad ociosa.
Este gravamen se justifica bajo el argumento de que en Argentina la propiedad privada no es totalmente inmune a la tributación, dado que autos y casas particulares ya pagan impuestos. Por lo tanto, los bienes inmuebles vacíos no pueden quedar exentos si no cumplen ninguna función. Esta no es una cuestión que apunte al «comunismo» o al terreno de «Robin Hood», sino que se trata de lograr un «ordenamiento real» donde quien posee grandes extensiones o múltiples propiedades pague lo que corresponde.
Se critica fuertemente la idea de otorgar «libertad total» al sector inmobiliario, considerándola una falacia, ya que el Estado regula de alguna manera todos los demás sectores, incluyendo la comunicación, el transporte y los alimentos.
El «mercado salvaje» y la élite especuladora
Para Adrián Torres quienes promueven la especulación inmobiliaria han logrado que el mercado se convierta en un sector «salvaje y leonino». Existe una profunda crítica hacia los «grupos» que construyen y adquieren terrenos, y que están descapitalizando lo que pudo capitalizar el trabajador promedio.