Lectura, imaginación y creatividad: experiencias de los centros de apoyo

En el marco del programa “Volvé a la Escuela” operan cientos de dispositivos de apoyo a las trayectorias, entre ellos hay más de 90 centros de apoyo en la provincia. Desde estos espacios se propusieron diferentes acciones de acompañamiento a las trayectorias educativas de los estudiantes. Además de ser espacios de acompañamiento escolar, los centros son espacios de encuentro, escucha y conversación con los niños, niñas y adolescentes que asisten. Trabajan con diferentes tópicos que son propuestos día a día, como por ejemplo tips para facilitar al aprendizaje de lengua, matemática, y relatos de experiencias “provocadoras” compartidas.

“Y vos ¿qué sueños tenés? ¿Qué querés ser?” fueron algunas de las preguntas que distintos educadores comunitarios utilizaron en sus actividades durante la primera semana de agosto luego de compartir con los niños el cuento “El Sueño del Sapo” de Javier Villafañe. A partir de lecturas grupales, se generaron espacios de conversación y debate para propiciar el interés, la creatividad y la apertura de los niños y niñas para hablar sobre sus anhelos y sus proyecciones a futuro.

De este modo, todos produjeron narraciones que permitieron conocer sus ideas, deseos y modos de pensar respecto a sus experiencias cotidianas. La respuesta de los niños fue sorprendente: después de oír el cuento surgieron producciones muy interesantes. Por ejemplo Brisa, una niña de 7 años, relató que quiere ser enfermera para poder ayudar a sanar a su abuela. Ilian, por su parte, sorprendió a los facilitadores cuando contó que quiere ser policía para “llevar presos a sus padres” porque lo abandonaron. Esto habilitó muchas conversaciones que permitieron abordar y reconocer los sentimientos que estaban poniendo en juego. Para finalizar la actividad, ellos fueron los protagonistas al leer sus producciones, desplegando la imaginación y la creatividad.

A través de este tipo de actividades en los centros de apoyo se trabaja la lectura, la escritura y la oralidad, pero los facilitadores van un paso más allá al darle a los niños seguridad y confianza para que puedan expresarse. De este modo también se observa cómo el entorno de cada sujeto los moldea y forja en ellos determinados sueños y deseos, y asimismo puede generar emociones diversas.

Con estas propuestas y actividades se crea un clima de aprendizaje que sale de la cotidianidad y refuerza que los niños sigan encontrando un espacio pedagógico de aprendizaje enriquecedor. Los relatos de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes muestran la importancia de estos entornos que se ubican fuera del aula y que muchas veces representan un lugar seguro para los estudiantes.

Así, los Centros de Apoyo no funcionan únicamente desde el acompañamiento escolar sino también  desde la dimensión social, debido a que cuentan con duplas de articuladores que buscan que el niño vuelva a la escuela sabiendo que, como dice Silva Bleichmar, “Tenemos que terminar con esta idea que les planteamos a los chicos de que el único sentido de conservar su vida es para que trabajen y sobrevivan: el sentido de conservar su vida es para producir un país distinto en donde puedan recuperar los sueños. Y la escuela es un lugar de recuperación de sueños, no solamente de autoconservación.”