Reseña de la evolución de la deuda pública misionera durante los últimos 25 años

La semana pasada, durante la presentación del Proyecto de Presupuesto Provincial 2023 en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Legisladores, hicimos un breve repaso sobre el contundente proceso de desendeudamiento público que atravesamos en Misiones durante los últimos años. En términos reales, la deuda pública de la provincia en el año 1999 era de 903 millones de dólares. En ese entonces, esa cifra duplicaba el presupuesto provincial anual. Pero el problema no era solamente la dimensión de este pasivo, sino sobre todo su composición, ya que el 91% de la deuda había sido contraída en moneda extranjera. En esta comprometida situación fiscal, la provincia quedaba constantemente expuesta a los vaivenes macroeconómicos de la variación del dólar, ya que ante cada corrida cambiaria o devaluación de la moneda local la deuda provincial se disparaba, algo que generó muchísima inestabilidad en el manejo de las finanzas públicas del Gobierno provincial.

Recordemos que gran parte de esa deuda se contrajo entre los años 1995 y 1999 cuando el Ing. Federico Ramón Puerta era gobernador de la provincia de Misiones y Humberto Schiavioni su ministro de Economía. Esa deuda se contrajo principalmente con a) Bancos comerciales privados, en dólares, con garantía de coparticipación para atender gastos de funcionamiento del Estado incluyendo sueldos; b) con la emisión de los Bonos CEMIS en dólares para cancelar diferentes obligaciones (deudas de funcionamiento del Estado y pago de juicios del ex-Instituto Provincial del Seguro) y c) con la emisión de los Bonos Juniors y Seniors en dólares para atender gastos de funcionamiento del Estado, entre ellos el pago de sueldos.

Con la crisis de la convertibilidad en el año 2002, el planteo de la provincia de Misiones de la mano del entonces gobernador Ing. Carlos Eduardo Rovira fue plantearle a Nación que, en el marco de la Ley de Emergencia Económica que se estaba por sancionar con la conocida “pesificación asimétrica”, las deudas de las provincias con los bancos privados fueran absorbidas por el Estado Nacional. A partir de ese momento Misiones pasa a tener un acreedor menos exigente, que era el mismo Estado, y una deuda en pesos, no en dólares.

Luego se pone en marcha el Programa Federal de Desendeudamiento, primero ajustable con cláusula CER y luego a una tasa nominal del 6% anual, lo que nos permitió a las provincias ir reduciendo paulatinamente la deuda en términos reales con el Estado Nacional, logrando disminuir su incidencia en las cuentas provinciales desde el año 2002 hasta el año 2018.

En el año 2017, con la firma del Consenso Fiscal, las provincias suscriptas recibimos un Bono del Estado Nacional compensatorio de deudas, que en el año 2019, bajo el gobierno del Lic. Hugo Passalacqua, fue aplicado por la provincia de Misiones para cancelar íntegramente la citada deuda, poniendo fin así a más de 25 años de endeudamiento estructural de la provincia.

Por su parte, la deuda de los Bonos juniors y seniors fue refinanciada en el año 2016 en un 90,1% con el Fondo de Garantía de ANSES (titular tenedor de esa porción de esos Bonos) que fue refinanciado a un Bono de 15 años que se encuentra en proceso de pagos periódicos de los servicios de esa deuda.

Por eso, para el año próximo, se estima una deuda equivalente a 99,8 millones de dólares: diez veces menor a la existente en 1999. Y con respecto a su composición, el 88% corresponde a deudas emitidas en pesos y únicamente el 12% responde a deudas en dólares. Cabe aclarar que esos recursos en moneda extranjera principalmente responden a proyectos de infraestructura ejecutados a través del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENHOSA) y de electrificación rural a través del Programa de Gestión Integral de los Riesgos en el Sistema Agroindustrial Rural (GIRSAR).

Como conclusión, políticas que proclamaban bajar la carga tributaria de las grandes empresas (años 1991 a 1999, gobierno del Ing. Puerta) solo provocaron déficit fiscal y endeudamiento del Estado. Fueron años en los que los servicios de la deuda representaron 15% de los ingresos totales de la Tesorería, no permitiendo atender entonces cuestiones básicas del Estado: desde los servicios de la salud, la educación o la obra pública (recordemos que hoy en salud pública se destina no menos del 15% del presupuesto, o para la obra pública el 18% del mismo).

En cambio, con políticas fiscales progresivas, donde los pequeños contribuyentes pagan menos, cuidando el orden de las cuentas públicas solo gastando de forma equilibrada con los recursos, se alcanzó en estos últimos 20 años que el stock de deuda pase del 200% al 5% del total de ingresos anuales del Estado Provincial; y que los servicios de la deuda pasen de ese 15% al 1% de los ingresos totales.

Como una familia que se siente aliviada cuando termina de pagar una deuda con su banco, así estamos hoy los misioneros con esta carga pública. Pero no debemos olvidar el trance que ha significado terminar con esa obligación, que ha llevado muchos años y muchos sacrificios, de la misma manera en que lo hace una familia cuando está sobreendeudada.

Orientado por la conducción política del Ingeniero Carlos Rovira, y con la administración llevada a cabo por el gobernador Oscar Herrera Ahuad, el acierto estratégico del Gobierno de Misiones en no asumir compromisos en moneda extranjera es una de la razones que explican la solidez y la solvencia actual de la finanzas públicas provinciales. Una situación ventajosa que nos permite asignar los recursos dando jerarquía al desarrollo económico y la ampliación de derechos.